Los robotes hacen terapia con mascotas

Fue en 1953 que el psiquiatra infantil Boris Levinson descubrió cómo un animal de compañía podía resultar útil en terapias para combatir la ansiedad, el estrés y la depresión. Fue él quien acuñó el término inglés pet therapy (terapia con mascotas). 

Según varias fuentes, la zooterapia asì como la conocemos hoy nació a raíz de un acontecimiento completamente casual, que tuvo al Dr. Levinson como protagonista. Este último era propietario de un perro llamado Jingles. Un día se olvidó de dejarlo salir de su estudio antes de acomodar a la familia de un niño autista que estaba tratando, por lo que el niño comenzó a interactuar con el perro. Levinson notó que esta relación entre su amigo de cuatro patas y su pequeño paciente aportaba relajación y distracción al crío. Por tanto, decidió hacer que el perro participara como co-terapeuta en las sesiones. Desde entonces se han realizado varios estudios que han confirmado la utilidad de utilizar mascotas como adición a los tratamientos tradicionales. Pero ahora podría haber otra revolución en el campo.

Aunque los robots aún no han reemplazado a los seres humanos, parece que podrían reemplazar a los animales en la terapia con mascotas. De hecho, un estudio reciente publicado por la Universidad de Portsmouth reveló que los pet-robots podrían ser excelentes reemplazos. La doctora que supervisó el estudio, Leanne Proops, dijo: “Sabemos que los perros reales pueden proporcionar interacciones relajantes y agradables para los niños, aumentando su sensación de bienestar, mejorando la motivación y reduciendo el estrés. Este estudio preliminar encontró que los robots biomiméticos (robots que imitan el comportamiento de los animales) pueden ser un sustituto adecuado en determinadas situaciones. Y en algunos casos, incluso hay algunas ventajas al usarlos frente a un verdadero perro”.

Si bien es indiscutible que la terapia con mascotas aporta grandes beneficios a quienes la utilizan, es igualmente cierto que mantener un cierto ritmo en el número de visitas realizadas podría convertirse en una causa de estrés para los animales utilizados. Además, aunque muchos habrán dificultades para entender esto, hay también personas que tienen miedo o se sienten incómodas en presencia de un verdadero animal. Por no hablar de los casos en los que hay riesgos de alergias y enfermedades.

Es en este contexto que los robots mascota podrían establecerse como buena alternativa a nuestros peludos amigos. Para empezar, los robots se pueden limpiar a fondo y así evitar el peligro de reacciones alérgicas o enfermedades. Por su naturaleza, pueden trabajar durante mucho tiempo sin que se “estresen”. Los grandes avances en la tecnología y en la robótica han hecho que los últimos animales robóticos sean cada vez más realistas. De hecho, estos reflejan los comportamientos y los movimientos de un animal verdadero. Mueven la cola cuando están felices, los orejas cuando escuchan sonidos e incluso se duermen.

El estudio se realizó con un robot biomimético desarrollado por Consequential Robotics. Aunque los niños informaron que preferían interactuar con un perro real, los resultados revelaron que el grado de diversión en las sesiones de robot era muy alto, hasta el punto de que pasaban más tiempo con el robot que con el Jack Russel empleado en la investigación. Sus emociones también parecieron ser más positivas después de habe visto el primero.

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